En ocasiones nos sentimos atraídos por las texturas de los muebles antiguos, con ese aspecto viejo fruto de los roces, del uso y el desgaste que le produce el paso del tiempo y que tiene cierto aire romántico.
Si queremos un aspecto viejo y desgastado en una pared, un mueble u objeto decorativo, el patinado es una de las técnicas de acabado más efectivas para conseguirlo. Es un método de sencilla aplicación que puede utilizarse sobre diferentes texturas como hierro, cerámica, paredes, yeso, etc pero que al mismo tiempo requiere una mano experimentada que logre el efecto envejecido equilibrado.
El proceso consta de varias partes:
- Para empezar es fundamental limpiar y preparar toda la superficie, tapando poros y posibles impurezas, así evitaremos que absorba la pintura ya que es importante que se quede en la superficie.
- Una vez preparada toda la superficie, aplicamos la pintura para pátina o betún de Judea.
- Con la anterior capa todavía húmeda pasamos al trapeado, que consiste en ir trabajando la superficie con un trapo de algodón, retirando zonas de pintura y dejando otras con la misma, podemos dar ligeros golpes y repetir esta operación cuantas veces queramos hasta conseguir el efecto deseado.
- Por último, una vez seco el betún de Judea o la pintura para pátina, es recomendable aplicar un barniz transparente que proteja el aspecto que hemos conseguido.
Con estos sencillos pasos conseguiréis un acabado envejecido sobre cualquier superficie.
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